miércoles, 25 de marzo de 2015

Lo dijo primero

Todos los que somos papás de una u otra forma estamos siempre ansiosos y en constante observación para ver cuál es el siguiente logro con el que nuestro pequeño nos sorprenderá la siguiente vez.

Las primeras cosas que los bebes van haciendo, y no necesariamente en ese orden, son gatear, caminar, comer un poco de todo pero lo mejor de todo es cuando empiezan a soltar la lengua, aprender a hablar abre un mundo completamente diferente y lleno de infinitas posibilidades. Es cuando empiezan a soltar sus primeras palabras a su manera, medio balbuceando, medio en broma con una sonrisa esperando saber si las hemos entendido o no, es ahí cuando te das cuenta que una bebé está empezando a convertirse en una niña. Para mi, y no es que sea un experto, creo que existen dos hitos importantes que significan el cambio de escalón para un bebé, uno de ellos es caminar y el otro es hablar.

Los bebés son increíblemente creativos, siempre están ávidos de información, saben lo que quieren y son muy decididos, al menos mi hija está a un nivel alto con respecto a lo que quiere, recién tiene 18 meses y ya parece de más de dos años. Cuando quiere algo, a pesar de no saber su nombre o de no pronunciarlo bien, saben exactamente lo que están buscando. A mí me dijeron alguna vez que las hijas se nos pegan más a nosotros, a los papás, que siempre están buscándonos y que en teoría es una de las primeras cosas que dicen, pero temo decirles que eso es falso, al menos en mi caso lo primero que dijo fue mamá y a mí me dejo fuera del vocabulario por un tiempo.

Pero no se desesperen, dentro del pequeño grupo de palabras que la bubu maneja tenemos en orden cronológico, según recuerdo, las cosas que fue diciendo, su primera palabra fue "agua", luego dijo "mamá", "alo" lo dice cada vez que ve un teléfono, ya sea de casa, celular o uno de acceso público, "avión", "jabón", su favorita es "no", esta la dice a cada rato cuando no quiere algo, también dice "abre" a todo lo que ve, si quiere que le alcances algo te lo dice aunque no necesariamente haya que abrirlo y ya para terminar, como última palabra dijo "papá", ahora “papá” es lo que dice ni bien se despierta y me para llamando a cada rato, lamentablemente no estoy en casa por el trabajo e imagino que lo que hace es buscarme.

Obviamente que las palabras que dice suenan bastante cercanas a la realidad pero aun así hay que tratar de comprenderlas, como que a veces están medio entre balbuceos pero igual se deja entender muy bien. De todas formas escucharla, tratar de seguirle el paso y de descifrar todo lo que quiere decir es lo máximo, ver los avances día a día me sigue sorprendiendo.

Ahora mi hija es toda una lora a su manera, contesta el teléfono, canta cuando suena una de sus canciones favoritas en la radio, te llama desde otro de los cuartos cuando estas lejos, es realmente impresionante. El uso de sonidos para identificar otras cosas también es asombroso, "chuchu" es el tren y "titi" es el auto, y de los animales ni que decir, está en todas, como le gustan mucho los dinosaurios, mi colección de afiches están pegados por toda la sala y si quiere hacer referencia a ellos gruñe, así mismo George de Peppa Pig.

Dejo por sentado que los bebés nos imitan en todo, siempre tratan de hacer lo mismo que nosotros y están atentos a todos nuestros movimientos, con el habla es igual, si usamos palabras raras, medio en jerga o dichas a medias, son esas las palabras o frases las que trataran de decir, es por eso que debemos medir las cosas que decimos y como las decimos para que ellos aprendan el correcto uso y pronunciación de las palabras y no terminen hablando hasta el perno, nuestro idioma castellano es hermoso y debemos tratar de mantenerlo así evitando el maltrato de nuestra la lengua hispana, así que ya saben, mucho tino con lo que dicen y hacen, las esponjas están por todos lados atentas a todo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Detras de tus pasos

Desde que mi hija se ha sentido más segura al caminar quiere estar más tiempo fuera de casa, por eso ahora cada vez que regreso de la oficina a casa, sobre todo cuando utilizo el transporte urbano, ella aprovecha las circunstancias para salir a caminar y recibirme en el paradero final.

Es lo máximo bajar de la línea azul y escuchar los gritos de emoción de mi hija al verme llegar, correr a la poca velocidad que le permiten sus piernitas, con los brazos abiertos y la sonrisa más hermosa que un padre puede recibir como regalo de bienvenida, solo me dan ganas de abrazarla, cargarla y llenarla de besos. La cantidad de sentimientos que fluyen en esos pocos segundos te puede llegar a abrumar y la verdad es que es así de abrumador, tantas cosas en mi cabeza que dejan de presionarme automáticamente y solo queda mi completa atención para mi hija, y mi esposa claro.

A ella le encanta caminar, nuestro regreso a casa no es muy largo, serán dos cuadras a lo mucho y ella siempre quiere estar jugando durante todo el camino, le gusta que le hagamos el columpio, cada uno de nosotros un lado para de ahí balancearla hacia adelante y hacia atrás tomándola de las manos es lo máximo, también jugamos a las chapadas o a las escondidas, le gusta que la imitemos, ella se pega a una pared y espera que nosotros hagamos lo mismo, se ríe a carcajadas y luego de unos segundos esta nuevamente en movimiento. Otra cosa que también hace es seguir a su sombra, o señalar las estrellas o la luna y llamarla para que baje. Hay tantas cosas que uno puede hacer en tan solo dos cuadras de caminata, solo es cosa de imaginación.

Justo hace unos días que regresamos caminando a casa la deje que avanzara un poco por sí sola, siempre manteniendo mi distancia, ni muy lejos ni muy cerca, observándola caminar, coqueteándole a su sombra y me puse a pensar en lo maravilloso que es tener una hija, hay veces que me cuesta creer que soy padre y verla caminando, toda ella misma modelo en pleno desfile no tiene precio. Así estuve todo el camino de regreso a casa, solo mirándola en silencio, con alegría y emoción de solo verla andar.

Siempre dicen que los hijos siguen nuestros pasos, pero así no podemos ver que tan bien caminan, entonces invirtamos la moneda, cambiemos un poco la frase, yo seguiré tus pasos para poder verte siempre, estaré lo suficientemente cerca para cuidarte pero lo suficientemente lejos para no estorbarte demasiado, a veces estaré a tu lado apoyándote en todo momento y a veces estaré delante de ti guiando tu camino para que no tropieces y caigas, pero si por alguna razón caes, yo estaré para ayudarte a levantar.

En resumidas cuentas, estamos por todos lados.

martes, 3 de marzo de 2015

Un fiel acompañante de batalla

Todo niño ha tenido un fiel acompañante, un muñeco favorito, una manta o una almohada, por mencionar algunas cosas, porque sé que hay miles de esos objetos que van de un lado a otro con los pequeños de la casa, algo con lo que se sienten bien, seguros y les hacen recordar al hogar, sobre todo cuando salen de casa, mi hija tiene un oso de felpa, del tipo Teddy pero de tela especial no toxica al que le dice Miyayi, es el oso que la acompaña cuando duerme y en su caso no sale de la casa porque no quiere que se ensucie o le pase algo, han sido muy pocas las veces que ha decidido sacarlo a pasear.

El momento que llego a casa fue cuando le compraron su vestido de bautizo allá por diciembre del 2012 y el nombre fue elegido por ella misma, ella simplemente le dijo "yayi" y como es suyo es como decir que es "su yayi", por eso vario el nombre a "mi yayi" y ahí quedo. Este famoso oso de nuestras vidas ha sufrido de todo, ha sido engreído por la bubu desde el inicio, le pone ropa, zapatos, lo llena de besos, lo abraza y no lo suelta cuando de dormir se trata o de estar en su cama viendo la televisión en el momento que le toca, no es que vea televisión todo el día pero hay un par de horas que disfruta viendo algunas cosas y esta actividad también es compartida por "miyayi".

Yo no recuerdo si cuando fui un niño pequeño tuve algún acompañante de ese tipo, no tengo memoria alguna al respecto y no hay fotos que corroboren algo parecido, pero si tengo conocimiento de que algunos de los hijos de mis amigos, incluso algunos de mis primos han tenido algún fiel acompañante. Creo que es bueno tener un objeto de preferencia que los acompañe siempre y no estoy seguro de esto pero creo que este tipo de situaciones solo ocurren cuando tienes o eres un hijo único o eres el primogénito, no he visto ahora que me pongo a pensar en si los segundos hijos han tenido alguna vez algún amigo de peluche u objeto de su preferencia, habría que confirmarlo con algún psicólogo de menores.

Para cerrar la idea general, el trabajo de este osito es de proteger a mi hija mientras duerme, es su caballero con armadura brillante el que permanece despierto mientras los demás dormimos, es el ángel de la guarda que le hace dulce compañía y que permanece en vigilia luchando contra los monstruos que se esconden debajo de la cama o dentro del closet, al menos me gusta la idea de pensar de esa forma y creo que mi señora esposa piensa algo muy parecido y que muchos otros padres no están tan lejos de esta creencia, tener un vigilante 24x7 gratis no tiene precio.