miércoles, 26 de octubre de 2016

Los maravillosamente terribles dos años

El tiempo pasa, el tiempo vuela y no hay nada que podamos hacer para detenerlo o disminuir su velocidad arrolladora, ese avance es continuo, no hay viajes en el tiempo, no hay pausas mágicas, todo sigue en constante movimiento, paso a paso por el largo camino de la vida. Es increíble que ya han pasado tres largos años desde la llegada de nuestra hija a nuestras vidas, a llenar ese espacio vacío que faltaba en nuestro mundo, de nuestra existencia. Nadie nos había preparado para su llegada, teníamos miles de dudas, no llevamos ningún curso de preparación previa, no existen capacitaciones perfectas ni diplomados o maestrías que cubran todo lo que significa ser padre, para que engañarme, aun no tengo todas las respuestas.

Dicen que cuando un hijo llega a cumplir los dos años, es desde ese momento que el día a día en la familia se convierten en los más terribles en la vida de un niño y de sus padres, y yo creo que esa afirmación es incorrecta, obviamente que desde mi punto de vista.

No hemos sufrido de ataques de histeria ni de pataletas incontrolables, todo ha estado dentro de los parámetros normales, asumiendo que los nuestros son correctos, habremos tenido suerte o lo peor aún no ha llegado a tocar nuestras puertas, no lo sé. Yo creo que desde que un bebe empieza a descubrir su entorno, sus alrededores, a gatear o caminar es cuando empiezan a ser terribles y temibles y todo esto es gracias a algo grandioso, a un término llamado "curiosidad", conocerlo todo, hacer de todo, agarrar de todo, comer de todo. La combinación de palabras "curiosidad+todo" han generado un nuevo significado para nosotros, los bebés están en todas, listos para aprender e imitar, ávidos de conocimiento y es ahí cuando debemos estar más que atentos a sus movimientos, es verdad que hay que darles un poco más de espacio e independencia, pero igual siempre hay que estar monitoreando, muchas veces los peores accidentes ocurren durante esos segundos que no estamos cerca.

Es obvio que cuando son más pequeños son más dependientes de nosotros, siempre bajo nuestra observación, atentos a todo, al principio no podíamos dejarla sola ni un segundo, a no ser que estuviera dormida, pero aun así debíamos tener siempre un ojo sobre ella. Ahora que ya es más grande tiene un poco más de espacio para actuar, la dejamos jugar sola mientras estamos haciendo otras cosas en la casa, pero siempre con el sensor de movimiento activado y el oído en su máxima capacidad de captación. Los tiempos cambian y los niños empiezan a querer hacer más cosas, están mas despiertos y te tienen de un lado a otro, siempre quieren jugar, salir a caminar, pasear en el auto, ver televisión y demás actividades. Yo por mi parte no disfruto mucho de todas estas actividades como me gustaría hacerlo, mi horario de trabajo es un poco extenso a veces y cuando llego a casa solo puedo disfrutar de la compañía de mi hija pocos minutos porque el sueño llama.

Lo bueno es que mi esposa disfruta de todas las actividades con mi hija, salvo cuando está en el nido-guardería pero el resto de las horas están de un lado para otro, me envía fotos y me cuenta cada cosa que hace nuestra hija, es emocionante ver cómo va descubriendo poco a poco todas las cosas que la vida le puede brindar, la música, el baile, la pintura, la plastilina, los libros, la tecnología, son tantas cosas tan divertidas que la verdad parece que falta tiempo para verlas todas, sé que está descubriendo el mundo y lo está haciendo bastante bien, lo único que debemos hacer es estar al tanto, siempre es mejor prevenir que lamentar.

¿Y tú ya llegaste a los terribles dos años de tu hijo?

viernes, 7 de octubre de 2016

Publicidad para Padres

Hace unos días tuve el gusto de ser entrevistado como parte de una investigación sobre paternidad asociada a la publicidad, tema que es para cubrir un proceso de tesis de la UPC. Lo interesante de esta entrevista es que el tema gira alrededor de como la publicidad y la paternidad está enfocada enteramente hacia la mujer y los hombres que somos papás solamente figuramos como un actor secundario que casi ni aparece.

Ahora, conversando con la señorita que me entrevistaba empezamos a tocar diversos temas, todos orientados a la paternidad, sobre lo que significa ser padre hoy en día, comparaciones con experiencias pasadas sobre como mis padres y mis abuelos educaron a sus hijos y como es ahora, si nuestra participación en casa es mucho mayor que antes, si nos involucramos más con nuestros hijos comparado con como nuestros padres se involucraron con nosotros y demás cosas. Fue divertido contar de todo un poco, recordar algunas cosas y comprar notas.

Lo que más llamo mi atención es que efectivamente la publicidad, no solo en este país, está orientada hacia mamá, papá no aparece en ningún comercial, salvo en fechas específicas como el día del padre, sino nada, es solo en esa fecha que aparecen spots publicitarios donde diversas marcas muestras al papá de la casa apoyando alguna situación con su hija o con su hijo, incluso me enseño tres comerciales diferentes donde aparece un padre ayudando a una hija que no puede oír a darse cuenta si es que están tocando el timbre, o un padre que le explica a su hijo que debe seguir un tratamiento porque gracias a él va a poder salvar vidas y que por eso va a ser un héroe, cosas de ese estilo, solo eso.

Sin embargo, nosotros, los papás de hoy, que estamos más involucrados en la educación y la crianza de nuestros hijos también participamos en temas que involucran lactancia, apego, colecho, porteo y todos esos términos tan de moda, estamos casi igual de capacitados para ir a comprar pañales, ropa, comida y demás accesorios. Los papás de hoy hemos aprendido tantas cosas que estamos en la capacidad de cambiar pañales en un baño público, que por suerte ahora tienen cambiadores o de preparar una mamadera, incluso sabemos diferenciar entre los tipos de leche que existen en el mercado, sabemos la diferencia de las diferentes gamas de pañales, así que tal vez podríamos tener algo de publicidad orientativa hacia nosotros.

Eso no significa que de la noche a la mañana empecemos a aparecer en televisión o en anuncios publicitarios, campañas o pancartas y letreros, esa no es la idea, pero nos gustaría tener más presencia y no solamente ser el que aporta desde las sobras: Las familias modernas de hoy tienen a la mamá trabajando y al papá en casa, o tal vez ambos trabajan y tienen la misma posibilidad de pasar a comprar algo por el supermercado, por eso creo que nuestro protagonismo va un poco más allá y seria de verdad genial ver más temas que nos puedan ayudar a nosotros a aprender más, incluso podrían considerar darnos un poco más de tiempo con nuestras familias cuando tenemos un recién nacido, cinco días no es mucho tiempo.

jueves, 6 de octubre de 2016

Tu serás lo que yo no soy

Si la memoria no me falla y si es que el disco de mi cerebro aún esta ordenado puedo recordar aquellas palabras que alguna vez he oído decírselas a diferentes padres hacia sus hijos y la verdad es que aún se siguen utilizando, hasta yo lo he hecho ya más de un par de veces aunque mi hija no las entienda aún por completo, le digo algo como "tú serás lo que yo aún no soy" o sino “tu tendrás los logros que yo no he podido lograr” y en resumidas cuentas le estoy dando a entender a ella y me estoy comprometiendo de manera directa a lograr que mi hija haga y logre todo lo que yo aún no he logrado hacer, y creo que ese es el deseo de todo padre de familia, que sus hijos sean mejores que nosotros, sus progenitores, que logren cumplir todo lo que a nosotros se nos truncó de una u otra manera, pero pensándolo bien y haciendo mea culpa, ¿no sería un poco egoísta de mi parte, siendo un padre como cualquiera, enfocar, encausar o dirigir a mi hija hacia mis metas incumplidas en lugar de hacer que ella decida por si sola cuando le toque realizar sus propias elecciones? recién en este momento me he puesto a pensar en esa gran gran pregunta.

La verdad es que cuando yo era niño/adolecente no recuerdo exactamente si mi mamá me decía cosas parecidas a esas, de si tenía que hacer algo específico, cumplir una meta como por ejemplo estudiar medicina o alguna otra cosa, yo solo recuerdo su apoyo incondicional y lo orgullosa que estaba de mi por las cosas que iba logrando por mi cuenta y esfuerzo propio, sobre todo, si ese logro estaba asociado con temas de estudios, no es que yo haya sido un súper excelente estudiante, yo solo estaba dentro del promedio, nunca sentí esa presión que algunos padres aplicaban sobre sus hijos por aquella época para que obtuvieran buenas notas, a mí me dejaba ser (dentro de lo correcto, claro), si yo no estudiaba era mi problema, no tenía a nadie detrás mío pidiendome que estudiara o para hacer las tareas, solo venían a preguntarme cómo iba avanzando, yo controlaba mis horarios y eso era genial. Incluso cuando decidí estudiar sistemas y no obtuve el ingreso a la universidad a la primera, tuve todo su apoyo, nunca recibí una jalada de orejas o algo parecido, incluso ahora a mis 41 años sigo sintiendo ese orgullo que mi madre tiene hacia mí, no me lo tiene que decir con palabras, con solo verle la mirada estoy más que convencido.

En casa estamos empezando a aplicar la misma técnica con la bubu, darle las pautas de lo que significa estudiar o no hacerlo, algo sobre las notas, el manejo de los tiempos y alguno que otro "tip", lo que no vamos a hacer es elegir por ella, al menos hasta que empiece a tomar conciencia por sus actos, por ahora debemos guiarla por el camino que más o menos hemos trazado para ella, incluso ya hemos conversado en pareja sobre las posibles carreras que podría estudiar, como me dice Mary a veces, después de que tenga sus tres carreras podremos estar tranquilos y que va a ser economista y que va a trabajar en el banco mundial, que nos va a llevar de viaje por todo el mundo y cosas como esas, ya se imaginaran las aventuras que nos tocaran vivir más adelante, soñar no cuesta nada, de repente termina siendo otra cosa totalmente diferente.

La verdad es que yo me siento muy contento de lo que he logrado hasta ahora, algunas cosas de manera individual y otras en pareja, familia o en grupo de amigos, soy consciente que aún tengo muchas cosas pendientes por cumplir y espero lograr hacer muchas de ellas, a mi hija no la voy a sobrecargar con temas que son responsabilidad enteramente mía, lo que ella logre hacer sola o con ayuda me llenara de orgullo y emoción y si ella es feliz por lograrlo mucho mejor.

¿Y tú, que siempre me lees, ya has pensado sobre el futuro de tus hijos?