martes, 8 de noviembre de 2016

Solo un Hijo

Primero que nada, quiero comentar que no tengo nada en contra de las familias numerosas, las que tienen más de dos, tres, cuatro y hasta más hijos, a mí me encantaría tener un hijo más y si es mujer mucho mejor. Ahora que ya dije esto puedo contarles lo que sigue.

En lo que va de estos tres años en el que somos padres nos habrán preguntado unas cuchumil quinientas treinta y dos veces "¿y para cuando el segundo?" y nos hacen comentarios de que siempre es bueno que mi hija tenga un hermanito para poder jugar o para que puedan protegerse y ayudarse cuando sean grandes y nosotros los viejos ya no estemos. Nosotros, que ya no somos tan jóvenes como hace 20 años, y les respondemos con una sonrisa explicando de forma sencilla que lamentablemente no está dentro de nuestros planes, es una respuesta simple pero contundente a la vez. Ahora si consideramos todas las variables, tener un segundo hijo involucra muchas más cosas de las que uno realmente ve en primera instancia. Considerando que mi hija tiene más de tres años ahora vemos las cosas con mucha más claridad.

Primero mi caso, yo soy hijo único, fui criado únicamente por mi mamá, quien hizo el papel de ambos padres durante toda mi etapa de crecimiento y desarrollo, mi papá nunca formó parte de mi vida, así que de hermanos, cero, no caen de los árboles como las manzanas, pero primos si tengo y varios, aunque no cumplen con el perfil de un hermano se acercan bastante. Yo crecí casi solo, jugaba solo, hacia mis tareas solo y así fui creciendo, casi solo. Mi familia siempre estuvo presente todo el tiempo, por eso mis abuelos son como mis papás y los hermanos de mi mamá son como mis hermanos, la palabra "tío" sólo se aplica más a las amistades de mis abuelos, todos los demás tienen nombres propios. Pero regresando al hecho de no tener hermanos con quienes jugar, no se me complico para nada, no me causo ningún tipo de problema o estrago en mi niñez, aunque tal vez podría considerar que el ser introvertido fue una etapa más crecimiento y aprendizaje, hoy soy todo lo contrario.

De mi esposa, Mary, ella si tiene varios hermanos, uff, son como 6, ahí si he visto durante todo el tiempo que llevamos juntos situaciones de alegría y de lucha sin cuartel, porque no todo es color de rosa entre hermanos, siempre hay situaciones de roce que pasan desde cosas tan tontas, como por ejemplo, ¿dónde está mi cartera?, ¿quién agarro X cosa? y la clásica ¿porque te pusiste eso si es mío y lo acabo de comprar?, cosas que pasan cuando todas son mujeres, porque los hermanos de Mary ya son mayores y para cuando llegué a su vida ya eran independientes, pero las hermanas menores aún estaban en la misma casa, así que ya se imaginaran.

Es cierto que antiguamente la cantidad de hijos por familia era numerosa, sino pregúntenle a sus abuelos, no había familias de un solo hijo, esos eran casos extraños, mi mamá tiene 4 hermanos más y otras familias cercanas con las que he crecido tienen como mínimo dos y he visto hasta familias de 7, 8 y 12 hermanos, ¿será porque no había televisión por cable en esa época?, sin embargo, las familias numerosas llenaban el hogar de vida, siempre se apoyaban y solo les importaba jugar, trabajar y vivir, no había la presión laboral que existe hoy en día, no habían tantos estudiosos universitarios como los hay ahora, las labores eran heredadas de generación en generación y así se pasaban los años. Ahora tienes que estudiar una carrera, una maestría y un doctorado y eso quita mucho tiempo.

Regresando al tema en cuestión, yo soy consciente que no podría darle la vida que merece a un segundo hijo, económicamente hablando y también de tiempo, además que el físico no rendiría lo suficiente al tratar de corretear a dos pequeños a la vez. Considerando que la experiencia vivida durante el embarazo anterior, las "n" complicaciones que tuvimos que pasar durante siete de los nueve meses fueron terribles, desde un internamiento de tres días, náuseas, vómitos y alto riesgo, no pondría nuevamente a mi esposa entre la vida y la muerte, menos aún si ya tenemos alguien que depende de nosotros, así me digan lo que sea y que tengamos realmente todas las ganas del mundo de tener un segundo hijo, es algo muy complicado, tal vez podríamos, de repente, quien sabe, adoptar más adelante, es una alternativa que ha estado dando vueltas en nuestras cabezas, pero por ahora nada de nada.

Estamos bastante tranquilos con lo que tenemos y con lo que somos, vamos un paso a la vez, con paciencia y buen humor estamos aprendiendo miles de cosas sobre nuestras nuevas responsabilidades, felices y contentos.