lunes, 15 de mayo de 2017

Feliz día Mamá

No me odien por no haber saludo ayer a todas las mamás que me siguen, como bien saben y siempre lo ando diciendo, los fines de semana son totalmente familiares y más aún si es que es una fecha tan importante como la de ayer.

Creo que está demás decir que madre hay solo una, que nos dio la vida, que nos sigue ayudando, guiando, salvando, mostrando el camino, jalando las orejas, prestándonos dinero, siendo nuestra confidente, paño de lágrimas y otras tantas cosas más.

Resumiendo todo eso en una sola frase es muy fácil, mi madre es todo para mí.

Ahora, debo confesar que no es la única mamá que existe en mi vida, mi esposa también es mamá y está haciendo un increíble trabajo; mi abuela obviamente también es mamá, sin ella yo no existiría (genealógicamente hablando), ella también ha colaborado en mi desarrollo como persona. Además de tener a mi suegra como la mano derecha de mi esposa, a mis cuñadas, a mis tías, a mis amigas y al resto de madres que no conozco, pues la verdad que mamás hay millones.

Un día de reconocimiento es muy poco, un día en el calendario no refleja la magnitud que ser mamá significa, por eso que a la mamá se le reconoce en cualquier momento, de día o de noche, un sábado o un martes, en febrero o en agosto, todo es relativo y es de acuerdo a lo que cada uno siente. La fecha es solo eso, una fecha, el reconocimiento va a ser siempre eterno, aunque en algún momento ya no estén con nosotros, seguirán siendo mamás.

Ojo que no estoy desmereciendo a ninguna mamá, puede ser la que trajo al mundo un hijo o que decidió cuidar y hacerse cargo de un hijo, por eso yo considero que mamá es toda aquella mujer que ha disfrutado de los logros de los suyos y que ha sido parte importante en el desarrollo y crecimiento de un pequeño.

Así que ya saben, celebren a sus mamás cada vez que puedan, no tienen que darles objetos valiosos, solo basta que sepan que son queridas y amadas, que son importantes y que siempre lo serán.

Feliz día mamá!!!

viernes, 5 de mayo de 2017

Reordenando mi vida

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

Desde hace pocos días, cuando me levanto por las mañanas, pienso en lo que sucederá en el día, sin saber si voy a volver a casa al final del mismo, no sé si volveré a ver a mi familia, no sé si en el trabajo me ira bien, si lograre cumplir con todos mis pendientes, etc., yo no lo sé, nadie lo sabe. Pero ¿Y porque ese cambio? si antes no me importaban las cosas y siempre dejaba varias de ellas para el día siguiente.

Hace unos días leí una historia, y creo que muchos ya lo han hecho, sobre un madre con un hijo pequeño, de cuatro años, que falleció de cáncer, o el otro caso donde una mamá fue a la clínica y no volvió más y que su hijo pequeño no entendía porque su mamá no regresaba. Son situaciones que nadie debería vivirlas, nadie, pero no estamos a salvo de que esas cosas sucedan, la ruleta de posibilidades sigue girando, nuestro destino no está tallado en piedra, entonces, hay que aprovechar el tiempo al máximo, reordenar mis prioridades, reordenar mi vida.

La verdad, es que yo no quisiera pasar por eso y menos que mi familia tenga que pasar por eso, pero si es que sucede, quiero tener la certeza de haber hecho todo lo posible, de haber cumplido con las expectativas de mi vida y poder decir que disfrute todo lo que pude y que los míos disfrutaron también conmigo.

Tener una familia cambia las reglas del juego de la vida, ahora tengo dos personas que dependen de mí, por quienes debo velar todos los días, por darles la seguridad que merecen, incluso el simple hecho de estar con ellos es algo importante, por más cansado que esté, aburrido, renegando del asqueroso día que tuve, del tráfico, de porque no me alcanza el sueldo, de lo que no puedo comprar, todo eso debo dejarlo afuera de mi casa, para poder entrar preparado para dedicarle a mi hija algo de mi poco tiempo libre, que disfrute conmigo de esos pocos minutos antes de que caiga dormida. Quisiera poder hacer más pero aún no puedo.

Cada noche al verla dormir pienso en si estoy dando el máximo de mí, de si estoy cumpliendo con mi rol de padre de manera correcta, de si la estoy educando como debe ser. Ya no debo pensar en que juguete le voy a comprar mañana, eso es algo temporal, debo dejar recuerdos que se queden grabados en su mente, recuerdos de felicidad, de alegría, de que su papá jugo con ella, que salimos a pasear, a comer helado, a pintarse la cara.

El tiempo que mi hija obtiene de mi es poco, el trabajo, los estudios, las responsabilidades me agobian, me estresan, me agotan, pero ahora dejo todo eso de lado apenas la veo, libero mi mente y me dedico casi de forma entera a ella. Quiero que siempre este feliz y contenta, que sepa que me tiene cerca para cualquier cosa, quiero que sepa que su papá estará con ella hasta que mis minutos se agoten.

Porque al final, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.